Esa mañana,
Maximiano y sus amigos, desde temprano se reunieron en el bar del
pueblo.
Como tantas veces el tema volvió a surgir
entre bromas, pan , queso y vino. Pero esta vez, la discusión se prolongó hasta
mediada la mañana, en que nuevamente se
dispersaron cada uno a iniciar sus tareas ya bastante atrasadas. Pero no pudo
concentrarse. Todos los días, la misma sensación de desesperanza se colaba en
su cuerpo junto al desayuno. Y continuaba en el frugal almuerzo que apenas si
alcanzaba para darle las fuerzas que necesitaba para seguir. El trabajo que
tenía era por hoy, provisorio, sólo por hoy, se dijo. Y entonces se sumaba un
nuevo sentimiento: la angustia de la inestabilidad, de un futuro indefinible e
imposible de planear. Pero ... ¿Hasta
cuándo? ¿Cuánto tiempo se puede vivir
así? Toda la vida, le habían contestado
sus padres, resignados ya a la pobreza y la supervivencia. A las carencias, al
hambre, a caminar descalzos, y vender los productos de la granja en la plaza a
toda hora, para obtener algunas migajas con las cuales mantener una familia
numerosa. Por ser el mayor, había empezado desde muy pequeño a sostener la
economía familiar casi como un adulto, a cuidar a sus hermanos como hijos.
Ese día se le hizo eterno, y al llegar la noche había
tomado una decisión, pero no hablaría con sus padres de la misma. No tenía
sentido sacar este tema otra vez. En
innumerables oportunidades en las que mencionó la posibilidad de
marcharse a probar suerte en otro
lugar, ellos habían reaccionado con el
enervante y paralizante temor al cambio , con el que lo habían formado.
Semillas que en él no germinaron.
No pudo dormir pensando en lo que iba a hacer. Jamás
se había alejado de sus seres queridos más que por un día. Pero era ahora o
nunca. Era joven, fuerte, y aún tenía esperanzas y sueños, algo que sus mayores
parecían haber perdido. Sí, sus amigos, en ellos podría confiar porque no sólo
lo entenderían, sino que seguramente
alguno lo acompañaría en la aventura que planeaba.
( Novela publicada en "De Raíces y Huellas" )
Relatada en Feria del libro Oncativo 2011
Comentario de la Autora: "El relicario" es una antigua canción española, que sonaba en el viejo reloj que mi bisabuelo trajo de España cuando se fue, sin avisarle a su familia que emprendìa el viaje. Prometió volver y llevárselo a su madre. El viejo reloj es ahora una reliquia de familia.
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