cada paso en tu camino,
vas abdicando anales,
que se herrumbran sometidos...
Renuncia el sol, sin ofensa
reverente ante el ocaso
y el invierno del calor,
se transforma en su rezago.
No existiría el silencio
sin renunciar al bullicio
y sólo se hallan atajos
dejando atrás un camino;
en la botella hay espacio
al ir bebiéndote el vino
y de valientes es decir
este trago no es el mío.
Como sencillo es poseer
¡así confuso renunciar a lo querido!
y es arbitrario retener
la infinitud del tiempo que perdimos.
Como factible es renacer
¡así de ingenuo ignorar lo concluido!
aunque te sangre el cielo del corazòn
sacrificado y herido.
...Y asegurarle al amor
ya no soy tuya, ni eres mìo
y en audaz renuncia decirle
simplemente... ¡ sigue tu camino!
( Publicado en Antologìa Lìnea Abierta Editores2001
y en Literarte Digital 2011)
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