NUESTRAS SOMBRAS
Mientras cae la tarde
incendiando el horizonte,
mientras los añosos pinos
se recuestan en las sombras
mientras todo se inunda
de la tibia oscuridad,
mi prosaica silueta
se convierte en otra sombra.
Y allí, abrazada por tinieblas
y ecos prolongados por el viento,
recogida en los últimos
fulgores opalinos de la tarde,
te espero...
te espero, interminablemente...
Más tu sombra,
bifurcada en otras sombras
arrastrada por espacios infinitos
se vislumbra en resplandores ambarinos,
y deja que mi espera interminable
se convierta en dos sombras
que semejan una sola.
CRISTINA VALIDAKIS
bello muy hermosos versos
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